Por: LUIS RAMOS TENAZOA
Artículo del Periódico Digital LA SELVA
“CONTRALUZ OBSERVANDO”
En los países del Centro y Sur América, las noticias que más resaltan son los niveles altos de delincuencia, narcotráfico, terrorismo y corrupción. En ese contexto podemos mencionar a Venezuela, Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala, Nicaragua, El Salvador entre otros más.
Lo que hoy llama la atención es precisamente la fórmula utilizada por los países más grandes denominados potencias o del primer mundo, que además ni siquiera firman ni forman parte de tratados internacionales en derechos humanos, abrazan la pena de muerte sin que se tome en cuenta la opinión de los activistas, allá si existe represión policial contra las protestas callejeras, allá si hay acción y defensa por la propiedad privada, allá si hay derecho a la defensa antes que invadan territorio propio o se entienda que hay peligro de agresión, es decir la legítima defensa, más, mucho más por mencionar que me tomaría espacio en esta nota.
Ahora sale un presidente verdaderamente nacionalista que quiere cambiar la realidad de su país: Nayib Bukele, con ganas de hacer mejor las cosas, con ganas de sacar a su pueblo del oscurantismo en la que nos someten los grandes demócratas, los supuestos defensores de la vida, de la naturaleza, un grupo de personas que se hacen llamar defensores de los derechos humanos.
Pero poco o nada se avanza en esta lucha interna de cada país si no existe el gran auspiciador o salvador de naciones, la gran potencia mundial de valores, democracia, poder político, financiero, económico y sobre todo bélico llamado Estados Unidos de Norteamérica.
Ahora está potencia a través de medios de comunicación masiva intenta poner a Nayib Bukele como un farsante, volador de derechos humanos, gobernante de un país sin garantías judiciales para los reclusos y, según la ONG local Cristosal, al menos 80 reclusos han muerto en circunstancias poco claras tras las rejas entre marzo y octubre del año pasado, mientras se aplicaba el estado de excepción. Una acusación que bien podría caer sobre los mismos yanquis.
Campañas como ¿Qué tan grande es la megacárcel en El Salvador en comparación con otros centros penitenciarios de alta capacidad?, empiezan a sonar en las redacciones del gigante americano en donde sin desparpajo el Departamento de Justicia de Estados Unidos, acusa al gobierno de Bukele de negociar en secreto un pacto con los altos mandos de las bandas criminales para obtener información a cambio de concederles tratos especiales, al tiempo que cultivan una reputación de no andarse con rodeos en la guerra contra el crimen, sin embargo los activistas añaden una acusación de violaciones de los derechos humanos.
Lo que en realidad le preocupa a los norteamericanos es que Bukele goza de una popularidad con la que la mayoría de los líderes del mundo tan solo pueden soñar. En noviembre del año pasado, según una encuesta del diario salvadoreño La Prensa Gráfica, le da un nivel de aprobación del 89% de los salvadoreños, algo inalcanzable inclusive para Putin y otros líderes del mundo.
El líder, de 41 años, como respuesta a este ataque sin fronteras, ha ironizado está afrenta describiéndose a sí mismo en Twitter como «el dictador más cool del mundo mundial».
Termino este escrito indicando que todos los inquilinos de esta tierra tenemos derecho a vivir en ciudades seguras, en un país con justicia social sobre todo humanista, derecho que por ahora le es negado a la gran mayoría de los habitantes del mundo mundial. Más gobiernos verdaderamente nacionalistas y con vocación de servicio para sus conciudadanos.
Luis Fernando Ramos Tenazoa
Contraluz
Observando
